Sunday, March 02, 2008

Información enviada por el Dr। Nelson Sica Dell’Isola, presidente de la Academia del Tango de Montevideo y el periodista Juan Ángel Miraglia, quienes tienen en su poder fotocopias de todas las escrituras que ponen a disposición de quienes deseen verificarlas.

En la escritura de compraventa aparece Carlos Gardel como comprador, aunque por supuesto no se sabe si compró esos tres solares con dinero propio, o si lo puso Ricardo Bonapelch ।
La solicitud de permiso de construcción a la Intendencia, la firmó Bonapelch como apoderado de Gardel.
-La propiedad originariamente estaba dividida en tres padrones y fue unificada en uno solo que lleva el Nro. 121.649, con una superficie total de 1.800 mts.

Berthe Gardes, declarada heredera de Carlos Gardel, el 7 de diciembre de 1935, en Buenos Aires, ante el Esc. Felipe T. Ibáñez, cedió sus derechos hereditarios a Máximo Arana, casado con Julia Iñiguez, domiciliado en calle Cerrito 425 de la ciudad de Montevideo, precio $8.310,oo.-

Y el 2 de diciembre de 1935, en Montevideo, Ricardo Bonapelch vendió a los mismos Arana-Iñiguez, las construcciones existentes en dicho bien.- Precio pagado $15.000,oo por las construcciones.-
En la sucesión de Gardel solo se incluyó el terreno, por cuyo motivo hubo que hacerse dos escrituras, una cediendo los derechos hereditarios (es decir sobre el terreno) y otra vendiendo las construcciones, en el estado en que se encontraban en ese momento.-

PRIMERA ESCRITURA

En el archivo respectivo de la Suprema Corte de Justicia figura como es obligatorio, el protocolo en el cual consta la escritura realizada por el Esc. Carlos Busch Buero el día 30 de octubre de 1933.
El escribano autorizante de su puño y letra escribe: "Ante mí, Carlos Busch buero, escribano autorizante, comparece el sr. Carlos Gardel, que expresa ser uruguayo, mayor de edad, soltero y domiciliado en la calle Jean Jaurés número setecientos treinta y cinco de la ciudad de Buenos Aires y accidentalmente en ésta"। Sigue luego la descripción del bien negociado en sus diversos aspectos del mismo, como así también del precio acordado y del pago correspondiente de la suma total de ocho mil trescientos diez pesos. Agrega incluso, que Gardel "ha tomado posesión del bien". La escritura concluye con las firmas del vendedor, de Carlos Gardel, del profesional actuante y de los testigos Pedro Bernat(1) y Armando Defino."

Podemos ver que Carlos Gardel, en vida, 8 días antes de la redacción del testamento ológrafo firmado SIN TESTIGOS, que Armando Defino mantuvo oculto hasta después de la muerte del cantor, vuelve a declararse uruguayo, como lo hace también al tramitar su último documento LEGAL en La Guaira, el 20 de abril de 1935, un año y medio después de la redacción del testamento.
(1) Pedro Bernat, periodista que no sólo fue amigo íntimo de Gardel sino también su apoderado en Montevideo, testigo que afirma y firma la nacionalidad uruguaya de Gardel junto con Armando Defino en la escritura realizada en la escribanía Busch Buero el 30 de octubre de 1933, dice en nota necrológica del diario “La Mañana” de Montevideo, 25.6.1933, que Gardel "... había nacido en la 2ª.Sección Judicial del Departamento de Tacuarembó. Fallece a los 52 años".
La estancia Sta Blanca, donde se afirma nació el cantor, está "casualmente" en la 2ª.Sección Judicial del Departamento de Tacuarembó.
Armando Defino en cambio, niega después de la muerte del cantor la nacionalidad uruguaya que certificó mientras éste vivía.


SEGUNDA ESCRITURA

Hay una segunda escritura a cargo del mismo escribano Carlos Busch Buero el mismo día, mediante la cual Carlos Gardel "expresa ser uruguayo, mayor de edad, soltero y domiciliado en la calle Jean Jaurés número setecientos treinta y cinco de la ciudad de Buenos Aires y accidentalmente en ésta."
Como primer punto el notario dice "que (Gardel) confiere poder especial al señor Ricardo Bonapelch (1) a fin de que en su representación otorgue los contratos de construcción del edificio" que luego se ubicó en la calle Pablo Podestá y conocido por el Chalet de Gardel a través de los años. Siguen otros detalles que no vienen al caso.

Lo que sí viene al caso, es la comprobación de que un profesional responsable como siempre debe ser un escribano, escribe que Gardel "dice ser uruguayo". Y que los testigos en cada caso con su firma respectiva, Pedro Bernat y Armando Defino en los dos casos, certifican varias cosas, entre otras, que Gardel es uruguayo.
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El 5 de noviembre de 1937, Máximo Arana, cedió al Dr. José Gregorio Lissidini Cuadrado, casado con Ana Bayardo, y a Carlos Alberto Saint Upery Turienzo, que adquirieron por partes iguales los derechos hereditarios y les vendieron las construcciones, todo por el precio de $20.000,oo.-

El 14 de octubre de 1943, Lissidini y Saint Upery vendieron a la Sociedad Comercial Colectiva “Passeggi y Compañía”, la expresada propiedad, por el precio de $28.000,oo.- De los que se pagaron $11.1341,02 reteniéndose $15.258,98 para pagar una deuda hipotecaria, según liquidación del Banco Hipotecario.-
Según escritura del 7 de enero de 1948, la Sociedad Comercial Colectiva citada, vendió a “Passeggi Sociedad Anónima”, la expresada propiedad por $62.350,00 precio pagado con acciones de la Sociedad Anónima, parte en acciones fundadoras y parte en acciones ordinarias.-

Fue adquirida por el Estado el 15 de octubre de 1951, según escritura de esa fecha, autorizada por el Escribano de Hacienda Elia Longo, en la suma de $85.000 que se pagaron al contado en ese acto.- El vendedor fue la firma “Passeggi Sociedad Anónima”, representada por los Sres. Ramón Palermo (Presidente) y Leandro Passeggi (Secretario), con domicilio en Avda. 18 de Julio 2.025.-

El Estado la compró para la “Comisión Nacional de Educación Física”, siendo representado en la escritura por el Presidente de la misma don Luis Franzini, según decreto del 6 de agosto de 1951.-

PLANO DE LA CASA

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(1) Ricardo Bonapelch

En la Casa de Gobierno de Montevideo, el presidente Terra (centro), Eduardo V. Haedo, Ricardo Bonapelch (parado en el centro), Carlos Gardel (a la derecha de Bonapelch) y los guitarristas que lo acompañaban (sentados).
En el centro, Dinorah Chouy Terra de Supervielle, a la derecha, la Sra Herrera de Lacalle y Carlos Gardel en la Casa de Gobierno de Montevideo.

La relación de Terra con Bonapelch le franqueó las puertas de la política uruguaya y de la residencia presidencial. En octubre de 1933, cuando por última vez Gardel vino a Montevideo, Bonapelch (naturalmente, con el consentimiento de Terra, que ofició de anfitrión) organizó una velada homenaje y en ella cumplió uno de sus más preciados sueños: cantar con Gardel. Ostentoso como siempre, llevó champagne francés para brindar en tan memorable ocasión.

Estaba festejando su propio triunfo. Su idolatría por Gardel era incontenible, imitaba sus ropas, giros de lenguaje, gestos y hasta pensó, como el cantor, en rejuvenecer su rostro mediante una cirugía estética que nunca se concretó. Intervino en varias oportunidades en audiciones radiales bajo el seudónimo de "Bona", copiando de Gardel hasta el estilo de sus guitarristas. Según los entendidos, el resultado no era del todo malo. Bonapelch lo admiraba desde las épocas en que su ídolo aún no había tocado la fama. Resuelto a conocerlo personalmente, viajó a Buenos Aires y lo esperó en la puerta de un cine de Flores donde actuaba. Un amigo en común que lo acompañó desde Montevideo los presentó, y allí nació una extraña relación cuyo centro era "El Mago", y en la que Bonapelch reducía su papel al de mero espejo y, mago a su modo, convertía los deseos de Gardel en tangibles realidades.

Sentía un placer enorme al halagarlo y, sobre todo, al hacerle regalos, como el anillo de brillantes que llevaba en el fatídico accidente de Medellín; o los trajes que compraba por cuadruplicado, dos para el modelo y dos para el imitador; o los vuelos Buenos Aires - Montevideo que solventaba con el fin de poder tenerlo cerca. Alardear frente a "los muchachos" acerca de aquella amistad era una de sus actividades favoritas. Una vez, estando Gardel en Hollywood lo llamó desde el café donde estaba reunido con sus amigos. El episodio fue antológico: "¡Te habla Bona! ¡Aquí la barra te saluda! ¡Chau Carlitos!", fue todo lo que alcanzó a decir. El antojo le costó U$S 80 (Mundo Uruguayo, Montevideo, 11/9/41, p.5 (artículo sin firma).

Al principio Gardel se mostraba frío ante tal despliegue estratégico para conquistar su compañía, y llamó a aquel doble que lo perseguía constantemente "el fantasma", mote que cambió por "el coso de la casa" cuando supo que era el yerno de José Salvo, uno de los dueños del hotel de moda. Lo de "la casa" resultó profético, porque en cuanto supo que Gardel deseaba construir una en su terreno de la calle Pablo Podestá (a poca distancia de Punta Gorda, en la playa La Mulata, que hoy lleva el nombre del cantor) Bonapelch puso manos a la obra. Ya había logrado otra victoria personal: a partir del 30 de octubre de 1933 el camaleónico seguidor de Gardel actuaba como su apoderado. "Bonapelch se ocuparía de la construcción de un lujoso chalet (múltiples habitaciones, varias piscinas) por exclusiva cuenta del cantor.[...] Gardel era el único propietario de la futura edificación. [...] Sin embargo, [...] el propietario real se llamaba Ricardo Bonapelch. Con su auspicio y con su dinero se dibujaron planos, se echaron cimientos, se alzó cada metro de pared." Un incidente (la denuncia por robo de materiales contra el constructor Héctor Gajas) permitió "verificar el nombre del verdadero dueño y hasta establecer que su garante en la adquisición de materiales era Lages" (Di Paula, Tabaré: "Carlos Gardel, mártir orillero", Todo es Historia, Buenos Aires, julio/1969, p.20).

El famoso chalet tuvo una construcción y un destino muy agitados. Gardel no llegó nunca a ocuparlo debido a su prematura muerte, y los trámites sucesorios fueron tan intrincados, que luego de haber pasado por diversas manos es hoy un centro de rehabilitación física para discapacitados.

El manejo del dinero para la ejecución de esta obra es un ejemplo más de los despilfarros de Bonapelch. Comenzó con el empuje de siempre, prometiéndole a Héctor Gajas que firmaría una venia por $ 100.000 para empezar el trabajo con tranquilidad. Se citaron en el café "El Tropezón" para contar y repartir el dinero, que sólo eran $34.000. "¿Cómo firmás por $ 100.000 y tenés nada más que $ 34.000?", preguntó Gajas. "Me dijo: $ 8.000 para ..., $ 8.000 para ..., $ 4.000 para ... y $ 2.000 para un empleado y $ 2.000 para otro , $ 1.000 para otro y $ 1.000 para otro. Sumalos, ¿no son $26.000? Bueno, juntalos a los $ 34.000 y hacen $ 60.000.[...] Los otros $ 40.000 son para el que prestó la plata" (sic), contestó Bonapelch, al tiempo que le ofrecía $ 2.000 para empezar la obra. En la segunda quincena ya no tenía dinero para pagar los jornales del personal ("El Día", 8/9/41, p.8).
Al frente, de izquierda a derecha, Ricardo Bonapelch y Carlos Gardel, detrás: Manuel Barca y Pedro Bernat . Fotografías tomadas por el fotógrafo Rafael Caruso en la playa "La Mulata" de Montevideo.
De izquierda a derecha: Ricardo Bonapelch, Carlos Gardel, Pedro Bernat y Manuel Barca.
Más información sobre Ricardo Bonapelch en la página:
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